En “El irresistible cuento de hadas”, Jack Zipes analiza un género literario que sigue cautivando la imaginación de todo tipo de personas alrededor del planeta.
Jack Zipes, en “El irresistible cuento de hadas”, analiza con aires académicos la historia social y cultural de un género literario que sigue cautivando la imaginación de todo tipo de personas en todo el planeta, mientras que rescata a las narradoras que crearon heroínas astutas y resistentes frente el maltrato, el incesto, el asesinato y la persecución.
El escritor estadounidense, destacado investigador de cuentos de hadas a nivel mundial, con media docena de libros editados, presenta en este volumen su teoría sobre el surgimiento, evolución y difusión de estos relatos, que tienen su raíz en la tradición oral, pero que a lo largo del tiempo fueron tomando vida propia y mutando, según el contexto.
“La evolución de la narración refleja los esfuerzos de los seres humanos en el mundo por adaptarse a entornos naturales y sociales cambiantes”, explica Zipes y describe que la evolución de estos cuentos tienen un vínculo histórico con “todos” los tipos de narración y los procesos civilizadores que afianzaron los estados.
El autor enfatiza en la cuestión social a partir de los cuentos de hadas del siglo XIX relatados, reunidos y escritos por mujeres. Pero también rastrea dibujos, pinturas, esculturas y fotografías contemporáneos que imprimen espíritu crítico a las versiones canónicas impresas.
Para Zipes, los cuentos de hadas están imbuidos de la disposición humana a la acción, “a transformar el mundo, mientras que al mismo tiempo tratamos de cambiar y de adecuarnos más al mundo”. El autor presenta una teoría novedosa y provocativa sobre por qué se crearon y reprodujeron los cuentos de hadas hasta convertirse en una parte tan indeleble, e infinitamente adaptable, de todas las culturas.
En este recorrido, considera un amplio espectro de ejemplos fascinantes, que incluye desde cuentos de hadas del siglo XIX relatados, reunidos y escritos por mujeres hasta dibujos, pinturas, esculturas y fotografías contemporáneos, que comentan con espíritu crítico las versiones impresas canónicas.
Sean en versiones escritas, orales o en películas, la estela mágica y las personas y animales poderosos son una invención que permite a los protagonistas “transformarse a sí mismos junto con el medio ambiente haciéndolo más apropiado para vivir en paz y satisfacción”, analiza Zipes.
Con esta premisa, viaja hasta 1697, un año clave en la historia del género: la francesa Madame D‘Aulnoy acuñó el término “cuentos de hadas” (Les contes de fées) al titular su libro de historias.
La viralización de este nuevo término en Europa -pero con más predominio de aparición de hadas en cuentos franceses- tuvo su epicentro en los salones literarios parisinos, donde D‘Aulnoy recitaba sus obras que escuchaban otras mujeres. Y es aquí donde operaba políticamente.
“Las hadas de sus cuentos señalaban sus diferencias con los escritores hombres, su resistencia a la condiciones en que vivían, las rutinas diarias y los modelos dentro del proceso civilizador francés”, escribe Zipes, sobre estas hadas como Morgana y Melusina que enfrentaban a la iglesia católica y a la corte del rey Luis XIV.