Por Edgardo Solano
El trío de Luis Alberto Spinetta, Pomo y Machi debutaba con álbum con bellas melodías, potentes riffs, arreglos vocales y pasajes instrumentales.
Luego del final de Pescado Rabioso y de editar “Artaud”, quizás el mejor disco de la historia del rock argentino, Luis Alberto Spinetta formó Invisible con un parte de notables socios.
En esta nueva aventura lo acompañaron Héctor «Pomo» Lorenzo en batería y Carlos Alberto «Machi» Rufino en bajo y voces. Ambos venían de grabar el álbum “Pappo’s Blues Volumen 3”, donde los habían mostrado sus credenciales como una sólida base rítmica. Sin desmerecedor al Carpo, el lucimiento de Machi y Pomo fue mucho mayor con el Flaco.
Lejos del divismo, el Flaco pensó para que su nueva banda sea una experiencia colectiva. Por ese motivo, los temas eran firmados de manera conjunta, al igual que el contrato discográfico y no había notas ni entrevistas periodísticas personales.
“En Pescado se dio un procedimiento al revés que en Almendra. Si el primer disco de Almendra fue dulce y el segundo agresivo, en Pescado sucedió al revés: con el segundo disco doble se almendrizó el sonido. Y en Invisible llegó el equilibrio entre ambos mundos. La diferencia con Pescado aquí nos planteamos no tocar con distorsión, o usar la distorsión lo menos posible, algo que no era muy usual en ese momento”, explicó el Flaco.
Luego de ensayar en una quinta de General Rodríguez, debutaron en el Teatro Astral el 23 de noviembre de 1973 y luego siguieron tocando el mismo escenario y en la Costa.
A principios de 1974 editaron un simple con las canciones «Elementales leches», un tema que sufrió la censura, y “Estado de coma”.
Con los shows en vivo y con los temas del primer single el grupo ya habían mostrado sus planes de buscar un sonido distinto al rock más distorsionado y su búsqueda de melodías más complejas y arreglos vocales.
Luego confirmaron está búsqueda al grabar su primer disco en los Estudios Phonalex en abril de 1974 y editado poco después.
En la primera edición en vinilo, el álbum se publicó como un álbum doble, integrado por un LP y un simple titulado “La llave del mandala”. El sobre interno traía ambos discos y tenía todas las letras del álbum y del simple.
La reedición del álbum en 1985, prescindió tanto del simple adicional, como de las letras de ambos temas en la contratapa. La reedición del álbum en CD, en la década de 1990, incluyó los dos temas del simple, como bonus tracks, junto a los otros dos simples editados por la banda.
En el disco conviven con total armonía riffs bien roqueros, largos pasajes instrumentales y logradas melodías, al margen del lucimiento como instrumentistas de los tres integrantes del grupo.
El álbum arranca con “Jugo de lúcuma”, con una introducción plagada de efectos y con la destreza del bajo de Machi. Le sigue “El diluvio y la pasajera”, que sus casi nueve minutos de duración pasa por múltiples pasajes.
“Suspensión” tiene un poderoso riff y una lírica donde el Flaco navega por el surrealismo creando imágenes de todo tipo.
El Lado B se inicia con el instrumental “Tema de Elmo Lesto”, la actualidad en clave de humor de “Azafata del tren fantasma” y con “Irregular”.
A pesar de que las canciones estaban firmadas por el trío, Spinetta era el compositor principal. En el primer disco de Invisible navegó por postales surrealistas, sus clásicas citas a lo urbano, referencias a los pueblos originarios y ciertos toques de ironía.
Para muchos fans de Invisible y la obra spinetteana, el álbum debut el mejor de los tres discos que editaron. Le seguirían el conceptual “Durazno sangrando” y “El jardín de los presentes”, ya en formato de cuarteto.
Como en todos los trabajos de Spinetta, el arte de tapa tiene un valor superlativo. En este caso, la portada del álbum es la obra «El charco» del dibujante holandés M.C. Escher.
La obra de Escher inspiró fuertemente al Flaco, que además fue un gran dibujante, especialmente en este álbum, en el que no solo figura en la tapa, sino también en la contratapa del LP, donde cuatro temas están encabezados por dibujos del pintor holandés.
«El charco» (Puddle en el original) es un dibujo de un charco en medio de una calle de barro con huellas (de auto, zapatos y bicicleta), en el que se refleja el bosque, el cielo y la luna llena. El dibujo se caracteriza por incluir una perspectiva dentro de otra perspectiva, a la vez de capturar tres elementos: agua, tierra y cielo.
CANCIÓN POR CANCIÓN
Jugo de lúcuma: El Flaco viajó a Perú en tiempos de Almendra y allí conoció esa fruta. La “Lorena” nombrada en la canción era una vecina de su casa del Bajo Belgrano que reñía con sus abuelos antes de ir al colegio.
El diluvio y la pasajera: extenso tema sonde el trío navega por distintos climas y pasajes instrumentales donde parece habitar más de una canción en una, donde se suman las citas a los pueblos originarios.
Suspensión: el momento más rockero del disco con un poderoso riff y un contundente solo del Flaco. Se destaca la notable interpretación a dos voces de Luis Alberto y Machi.
Tema de Elmo Lesto: con un irónico nombre, es el único tema instrumental del disco, que se caracteriza por una escala descendente que repiten el bajo y la guitarra. En vivo algún asistente se interpreta a Elmo Lesto con un disfraz muy particular y una enorme cabeza.
Azafata del tren fantasma: el propio Spinetta explicó que la letra tiene que ver con internas en peronismo gobernante en esos días y hasta deslizó que la “Azafata” era Isabelita, mientras que Perón era el rey junto a sus traicioneros “vasallos”.
Irregular: como el nombre lo dice, buscan intencionalmente la irregularidad en el ritmo, la melodía y el volumen, incluso hablando de que el tráfico urbano “es irregular”.
La llave del mandala: influenciados por los mandalas creados por Escher, el trio arremete con un rock potente con un riff incluido en el Lado A del simple que acompañó el álbum.
Lo que nos ocupa es esa abuela, la conciencia que regula el mundo: con un extenso título, el Lado B del simple está relacionado con la conciencia, uno de los conceptos clave de Carl Jung, una referencia de Spinetta.