El detective de la pipa y de la gorra a cuadros creado por Arthur Conan Doyle regresa con “Moriarty”, en una obra del escritor británico Anthony Horowitz.
Los misterios del detective Sherlock Holmes vuelven a la literatura en una obra del escritor británico Anthony Horowitz que cuestiona lo que ocurrió tras la caída del protagonista en las cataratas de Reichenbach, según publica el diario “The Guardian”.
“Moriarty”, que lleva el nombre como el nombre del archienemigo de Sherlock, está firmada por el primer escritor autorizado por los herederos de Arthur Conan Doyle para narrar las historias sobre su célebre personaje y será publicada el 23 de octubre, según adelanta la agencia de noticias EFE.
El libro de Horowitz arranca con un interrogante: “¿Alguien se cree lo que ocurrió en las cataratas de Reichenbach?”, cuando Sherlock y James Moriarty, trenzados en una pelea, cayeron por el precipicio de las cataratas suizas del mismo nombre.
Este final, que conmocionó a los seguidores de Sherlock, se incluye en el relato “El problema final”, que Doyle escribió en 1893, cuando el autor intentó acabar con el detective sobre el que llevaba escribiendo seis años porque estaba agotado de esa historia.
Finalmente lo tuvo que resucitar por la insistencia de los lectores de los misterios que resolvía el maestro de la deducción, y pasó cuarenta años de su vida reinventando asesinos, pistas y tramas de suspenso.
Horowitz, también guionista de la serie británica “Midsomer Murders”, comienza en este punto su historia, en la que “no aparece Sherlock Holmes hasta el final”, según reveló en Twitter.
Horowitz, especializado en relatos de aventura, misterio y fantasía, ya publicó una obra en 2011 sobre el detective de la gorra de cuadros, titulada “The House of Silk” (La casa de la seda), en la que un Watson anciano relataba una de las primeras aventuras de Sherlock.
El libro, que también estuvo apoyado por “Conan Doyle Estate”, organización dirigida por los herederos del escritor que gestiona el patrimonio y los derechos sobre sus obras, tuvo muy buena recepción porque según la crítica recrea los personajes del autor británico tal y como él los tenía en su imaginación.