El recuerdo a uno de los primeros ídolos del Siglo XX que se convirtió en un mito luego de su trágica muerte, que ocurrió cuando tenía 24 años y había protagonizado sólo tres films.
Su muerte prematura y trágica, haber encarnado el prototipo de la rebeldía y de la libertad durante los pacatos y conservadores ’50 en los Estados Unidos y su atractiva figura que generó un sinnúmero de suspiros en las jóvenes de ayer, convirtieron a James Dean en un mito y en uno de los primeros ídolos de masas del Siglo XX junto con Marilyn Monroe, inclusive antes de la irrupción de Elvis Presley.
Con estos atributos y en años de la postguerra, James Dean fue un adelantado a los cambios y los movimientos contraculturales que se avecinaban y que estallaron finalmente en los convulsionados ’60.
Cuando un accidente automovilístico que le arrebató la vida el 30 de septiembre de 1955, hace 60 años, tenía 24 años y sólo había hecho tres películas, aunque únicamente una había llegado a las salas: “East of Eden” (“Al este del Edén”), la adaptación cinematográfica de Elia Kazan de la novela de John Steinbeck.
Esa película le alcanzó te para que la crítica lo tratara como el mayor talento joven de Hollywood, algo que se vería confirmado con el estreno, apenas un mes después de su muerte, de “Rebel Without a Cause” (“Rebelde sin causa”) , el drama de Nicholas Ray.
Para octubre de 1956 y convertido ya en un mito de la pantalla grande, se estrenó “Giant” (“Gigante”), su último trabajo, rodado bajo la lente de George Stevens y con Elizabeth Taylor y Rock Hudson en el elenco. Dean logró la nominación póstuma a los Oscar, como ya ocurriera con “East of Eden”.
Antes de la fama y de ser uno de los íconos pop del siglo XX, había llegado a este mundo como James Byron Dean en Marion, en el estado de Indiana, el 8 de febrero de 1931.
Ya afincado en California con su familia, perdió precozmente a su madre, con la que tenía un apego especial, y su padre dejó al pequeño Jimmy al cuidado de su hermana, Ortense, y su marido, Marcus Winslow a una granja en Fairmount, Indiana. Allí fue educado en un entorno de influencia Cuáquera.
El futuro mito se encaminó detrás de los consejos y la amistad del pastor metodista Reverendo James DeWeerd. Precisamente, a DeWeerd se le supone haber tenido una influencia formativa sobre Dean, especialmente en haber creado un interés en los toros, las carreras de autos y el teatro. Tiempo después corrieron rumores de que el religioso había abusado del joven, aunque le actor nunca habló de este tema y fue Liz Taylor la encargada de develar este secreto del actor.
James amaba el teatro, comenzó a estudiarlo y a practicarlo desde muy joven. Antes de salir de su pueblo ya había representado varias obras. A los 18 años viajó a Los Ángeles donde cursó sus estudios en la Universidad de California, (UCLA).
En diciembre de 1947 empezó a conseguir pequeños papeles en cine y televisión, también hizo un famoso anuncio de Pepsi Cola. Pronto se trasladó a Nueva York para estudiar interpretación en el famoso Actor’s Studio.
Consiguió en 1951 un papel en la película “Fixed Bayonets”, también hizo otros dos pequeños papeles en las películas “Sailor Beware” y “Has Anybody Seen My Gal”, ambas en 1952.
También hizo varias apariciones en televisión, sin mayor trascendencia. En 1953 le dieron otro papel en Broadway, “The Immoralist», que tuvo recepción favorable de la crítica, ese año también tuvo una participación en la película “Trouble Along the Way”.
En el pico de su popularidad y cuando todo indicaba un futuro promisorio en la pantalla grande, el 30 de septiembre de 1955 en la intersección de dos autopistas estatales, la 46 y la 41, cerca de la localidad de Cholame, en California, perdió su vida un este ídolo juvenil de la postguerra cuando Impactó frontalmente con su Porsche 550 Spyder plateado, al que apodaba “Little Bastard” (‘Pequeño Bastardo‘) , con un Ford Tudor blanco conducido por un joven estudiante llamado Donald Turnupseed, que salió prácticamente ileso del choque.
Un fragmento de «Rebelde sin causa»
