Por Javier Parisi
Una mirada personal y una cobertura en detalle del primer show del ex bajista de Los Beatles en el Estadio Único de La Plata.
Un nuevo día amanecía, pero no era un día más, tenía un sabor especial, se sentía en el aire, lo sentía muy dentro mío.
Era algo que iba más allá de lo corporal. Me invadía esa misma sensación que se apoderó de mí al escuchar su primer acorde en la TV a los 8 años, o comparable a la primera vez que lo vi en vivo. Sabía que hoy mi día iba a tomar un color distinto al de los demás.
Había alguien a quien darle un abrazo simbólico, con los aplausos y las ovaciones para agradecerle tantos años de felicidad, de musicalizar mis días y noches. Él transformo mis días grises en celestes y mis días de lluvia en soleados, cuando digo “Él” digo “Él y 3 genios más”. Pero hoy podemos disfrutar en vivo de su música y él es el encargado de traernos en sus canciones a John, George y Ringo sobre el escenario.
Las horas pasaban y la tarde se tornaba más fría, pero el leve sol que se cubría la ciudad de La Plata nos daba fuerza para seguir soportando la espera en la extensa fila, que hacía que nuestro sueño por ver a Paul se haga más llevadero.
De pronto comienzan a sonar los primeros acordes estridentes desde adentro del Estadio, sí señores, Sir Paul McCartney había llegado para comenzar a chequear su set.
Su prueba de sonido duró alrededor de 1 hora, con canciones como “Coming up”, “Let em in”, “Lady Madonna”, entre otros.
Mágicamente la fila comenzó a avanzar, el reloj marcaba las 18.10 y el segundo pre ingreso ya estaba frente a nosotros. La carrera cada vez se hacía más corta, el tan ansiado momento estaba a punto de llegar.
Dentro del estadio todo tenía otro color, se sentía como la magia llenaba el lugar. Estábamos todos reunidos para celebrar su música y eso lo hacía aún más especial. Ya dentro del estadio fui a buscar el lugar más cercano al escenario hasta alcanzarlo.
El tiempo pasaba y la ansiedad hacía que mirara el reloj con mayor frecuencia. Quería que los minutos pasaran más rápido de lo común hasta que 20.45 el estadio quedó a oscuras y sobre los laterales del escenario comenzaron a proyectarse imágenes de Paul, desde niño hasta el presente musicalizado de una manera extraordinaria, los minutos pasaban y el corazón cada vez comenzaba a latir más rápido.
A las 21.10 el escenario se iluminó con su presencia, ¡sí! Sir Paul McCartney estaba frente a su audiencia y preparándose para la fiesta. Y así fue, la fiesta estaba a punto de comenzar.
La fiesta comenzó con “A hard day’s night” algo que jamás hubiéramos imaginado, Paul cantando y abriendo su show con una canción 100% de Lennon, un verdadero homenaje a su amigo John sin lugar a dudas. Para mí era doble la emoción dado a que esa fue la primera canción que escuche de Los Beatles a mis 8 años.
Las canciones iban sonando y Paul comenzaba a cautivar al público, no solo por su música sino también por su conexión al momento de hablar con la audiencia. Vimos un Paul con muchas ganas de hablar en español como en 2010 pero en esta oportunidad presentó más canciones en español que la vez anterior.
También se encargó de hacer su propia encuesta preguntando… ¿Cuántas personas son de Buenos Aires? Levanten su mano”, luego… ¿Cuántas personas NO son de Buenos Aires? Levanten su mano…” Y con un humor muy inglés dice…, bueno a todos esos les digo “Bienvenidos a Buenos Aires”, momento para que la audiencia lo aplauda y lo festeje como sucedió durante toda la noche cuando se conectaba para hablar con el público.
Sin lugar a dudas Paul es el jefe de la banda. Una perlita del recital sucedió al final de la canción “Let me roll it”. Paul con guitarra eléctrica en mano toca un furioso solo de “Foxy Lady”, la audiencia comenzaba a explotar cada vez más al oír una y otra vez sus “solos” excelentemente tocados.
En un momento Paul se da vuelta y ve que el baterista comienza a darle “fin” a la canción… Justo la cámara que filma todo el show y lo proyecta en sus dos pantallas laterales registra un momento épico al mejor estilo “Let it be sessions” (yo que esta vez estaba atento para poder captar todo lo que pasaba sobre el escenario) me detuve a leer los labios de Paul, y me sorprendí al ver a Paul diciéndole: “Is not finished, is not over, I’m going to finish the song, Not You! Look at me! (no se termino, no finalizo, yo voy a terminar la canción, no vos, ¡Mírame! Con una expresión muy McCartniana, con ojos bien abiertos e inclinando su cabeza hacia un costado, sin lugar a dudas es el jefe, pero quién pudiera tener un jefe así! Igual eso no fue un reto, sino un llamado de atención para su músico, la energía no se modificó para nada sobre el escenario, al contrario lo potenció.
Al finalizar la siguiente canción “I’ve got a feeling”, Paul se da vuelta y mira al baterista y para mal o bien de Paul la cámara lo vuelve a tomar y Paul le dice “Is easy, just look at me” (es fácil, solo mírame) con ojos abiertos, pícaros y una sonrisa socarrona, todo se había vuelto a acomodar. Obviamente es una marca registrada de Paul McCartney su perfeccionismo, y eso lo hizo ser quien es.
Mis ganas de registrar en detalle todo lo que sucedía, me llevo a capturar ese momento que atesorare toda mi vida.
Llego el momento de pasar al piano en donde dedicó la canción “My Valentine” a su esposa que se encontraba presente, luego continuo con una exquisita canción versionada en piano de “Here, there and everywhere”, que en lo personal fue un momento muy emotivo. También hubo un instante para recordar a Linda con “Maybe I’m amazed”, los minutos pasaban y el set acústico se estaba preparando.
Allí estábamos… Sólo Paul y nosotros, su audiencia. Iba a comenzar lo que iba a ser uno de los momentos mágicos de la noche, su profesionalismo y su capacidad de disfrute se vieron sobresalir en ese momento, sin lugar a dudas Paul vino a regalarnos además de su música, su energía y nosotros le dimos la nuestra, nos retroalimentamos de una vibra que vivirá por siempre en nuestros corazones. Se estaba a punto de generar el “One on one” titulo de su show, estar uno a uno, frente a frente.
Todo comenzó con “We can work it out”, canción que canta en todas sus presentaciones en este formato pero todo iba a tener un vuelco con su próxima canción, una canción que nunca había tocado. Se percibe a un Paul algo quebrado, sus recuerdos seguramente invadieron su cabeza. Paul dice… “Voy a tocar una canción que la grabamos antes de ser “Beatles” éramos muy chicos, hace mucho tiempo atrás “In spite of all the danger”.
De esa canción sólo hay registros piratas para los coleccionistas sino, oficialmente aparece en la Primera Antología de The Beatles. Acá la audiencia le regalo, (le regalamos), algo que nunca se hubiera imaginado Paul, algo que nos diferencia de las audiencias de otros países es el corear frases que no tienen letra, solo música, argentinismo puro, las frases se iban repitiendo “… In spite of all the danger, ooohhh ohhhh ohhh y todos coreábamos eso al unisonó, ¡Paul miraba a la audiencia y se reía, no lo podía creer! Al finalizar la canción ya lejos del micrófono Paul vuelve y repite el coro “ohhh ohhh ohhh” todos repetimos nuevamente.
Paul toma la guitarra y vuelve a repetir las frases una y otra vez, ¡un nuevo juego había comenzado! Paul estaba cantando con nosotros y nosotros jugábamos que estábamos cantando con él, éramos para de su staff de cantantes, esa sensación se trasladó a cada uno de los espectadores.
El set continuó y los coros del público siguieron presentes al punto de que Paul tomara su guitarra y comenzara a buscar los acordes para musicalizar el “ooohhh ohhhh ohhh”, una nueva canción estaba siendo compuesta por Paul en la cual el copyright era McCartney-audiencia, suena increíble, pero el nos hizo soñar y volar hasta ese lugar, su manto es muy grande y hasta ese lugar nos puede llevar.
También hubo tiempo para mostrarnos como se podía componer una canción, también ha sido didáctico Paul, hasta eso es capaz de hacer frente a miles de personas. Como si estuviera en el comedor de su casa nos dijo… “La inspiración puede llegar de varias maneras, a veces primero te aparece un titulo, un nombre, una melodía, una frase o una línea musical, la siguiente canción nació así…”
Paul con su guitarra acústica en mano empezó a tocar una sucesión de acordes, todos mirábamos tratando de identificar la canción hasta que a esos acordes Paul sumo su voz, se trataba de “You wont see me”, sin lugar a dudas fue un momento que quedara guardado en nuestras retinas, Paul nos estaba mostrando como compuso “You wont see me”, la canción iba avanzando y la banda se iba sumando. Las canciones iban pasando, “Love me do” (John nunca se hubiera imaginado que esa canción iba dar lugar a lo que llamamos “pogo” pero así sucedió), “And I love her” con baile de Paul incluido para la platea femenina, “Blackbird” en donde Paul sube tan alto que puede ver al estadio desde la cima, un momento sublime.
El set acústico cierra con un momento muy emotivo, al punto que todos estallamos de emoción y coreamos “ole ole ole ole Lennon Lennon” y él se sumo con su guitarra, Paul acababa de dedicarle y cantar una canción a su amigo John “Here today”.
Las canciones se iban sucediendo, él pasaba por el piano, guitarra, bajo, ukelele en donde le dedica la canción a su “amigo George” un sentido homenaje tocando “Something” proyectando imágenes de fondo y haciendo que la audiencia haga brotar sus lágrimas, ya estábamos con nuestras emociones a flor de piel y sentíamos que la noche se estaba yendo.
Muchas canciones nuevas, canciones que nunca había tocado con Los Beatles como “Being for the benefit of Mr. Kite” volvían a sonar de manera única. Un momento que nos tiene acostumbrado en sus giras es el explosivo “Live and let die” en donde el escenario vuela por los aires y llena de color y luces al estadio.
Tampoco se olvido de cantar sus clásicos en Los Beatles están todos hasta “Hey Jude” en donde Paul juega con su público al final de la canción, es ahí donde se despide del escenario, 2 horas 30 ya habían pasado y parecía que solo habían pasado 5 minutos del comienzo.
La audiencia comenzó a corear el nanananana final de “Hey Jude”, y Paul volvió a escena con su guitarra acústica para hacernos volar por los aires, esta vez no de la mano de los fuegos artificiales sino de su magia. “Yesterday” fue la encargada de llevarnos por los aires, continuó con “Hi Hi” de Wings, “Birthday”, “Get Back” “improvisada” en el escenario luego de que su Staff haga subir a una niña de 10 años para cumplirle el sueño de tocar el bajo y cantar con él. Paul no paraba de sorprendernos un instante, había para todos los gustos.
La noche se iba con “Golden slumbers, Carry that weight, The end” y Paul nos decía… “Muchas gracias Buenos Aires, see you next time!”
Gracias Paul, Gracias Beatles. El sueño no ha terminado…
Javier Parisi es integrante y fundador de The Brothers, una banda tributo a Los Beatles.