Por Edgardo Solano
Los relatos que conforman el libro de Enrique Decarli surgieron en paralelo a los de Pablo Oubiña y Ariel Bermani, a partir de una serie de encuentros literarios de estos tres escritores.
“Jauría”, de Enrique Decarli, surgió de una sucesión de encuentros del autor con otros dos escritores y cada una de estas reuniones literarias tuvo como cierre la confección de los respectivos relatos de los asistentes a ese enclave, donde predominó la figura femenina como eje temático.
Este compendio de relatos y cuentos, editado por Eloísa Cartonera, nació y creció en paralelo con los textos de Pablo Oubiña y con “Ciertas chicas”, de Ariel Bermani y publicada por Editorial Conejos, una suerte de “primo hermano” y correlato de la publicación de Decarli.
“Esos encuentros tenían una característica de periodicidad. Era una reunión de hombres, por lo que todos los cuentos tratan de mujeres”, explica Decarli sobre la confluencia literaria de los tres escritores, a la que también se sumaba el joven Lautaro Bermani, el hijo de Ariel.
“Jauría” está compuesto por 20 relatos escritos entre el 2007 y el 2001 y cada uno de ellos está dateado con la fecha y lugar de confección, que se corresponde a los encuentros mantenidos con los otros dos escritores y en el libro se respeta el orden cronológico del nacimiento de cada uno de ellos.
Este libro, realizado “casi sin querer” a modo de “ejercicio de escritura”, comienza con “Under the bed” en Adrogué el 30 de marzo de 2007, y luego de hacer escala en otros puntos del sur de Gran Buenos Aires, termina en Glew el 3 de febrero de 2001 con “El cuerpo de Cristo”.
La soledad habitual de los escritores para enfrentar su trabajo, se rompió en esta experiencia colectiva. “De cada charla nos poníamos a escribir un rato con lo que quedaba flotando. Una suerte de ejercicio y de divertimento, el estímulo y el contexto es otro. Prácticamente fue un trabajo en equipo, un trabajo compartido, por lo general la labor del escritor es más bien solitaria”, explica el autor.
A pesar de la temática femenina invite gentilmente y tienen con facilidad a una mirada autobiográfica, el autor asegura que puede desprenderse de este lastre al tomar la pluma, “Puede ser autobiográfico en la zona de las fantasías, no es un tema que me condiciona. A esta altura del partido manejo del oficio para entrar y salir de lo autobiográfico, no hacer catarsis pura con el relato”, comenta.
Bermani considera que los cuentos que forman “Ciertas chicas” puede funcionar como embriones de futuras novelas, en cambio Decarli tiene otra visión de “Jauria”. “Tengo más tendencia al relato corto, a cada relato lo veo como un cuento terminado. Tienen finales abiertos, desde ese punto de vista puede ser pequeñas semillas de novelas”, señala.
“A mí parece medio metafísica, no es una elección la de hacer relatos cortos o más extensos, es lo que nos llega, la señal se nos interfiere. Tengo inclinación en ver historias consumada en 20 líneas”, explica el autor sobre el porqué de predilección por los relatos cortos, a pesar que también se volcó a la novela.
Enrique Decarli, además de “Jauría”, publicó recientemente “Big Bang”. “Son nueve cuentos centrados en el extrañamiento, tienen una base realista, no son realistas ni fantásticos. Es un género independiente que se empezó a laburar hace 50 años, donde un hecho extraño o fantástico aparece en lo cotidiano”, señala.
Precisamente, en esa escuela del extrañamiento, el autor de la región tiene sus referentes. “Mis influencias en este momento pasan por la literatura latinoamericana. El uruguayo Mario Levrero es un referente, es como una continuación de Franz Kafka. Disfruto mucho de su obra”, afirma.
Decarli es abogado de profesión, aunque la literatura le fue ganando espacio a los expedientes. “A los 18 no sabía muy bien que hacer y empece a estudiar Derecho más o menos convencido. Hoy la abogacía es sólo me medio de vida”, cierra.