El enigmático grafitero británico manifestó su sorpresa ante la celebración de una exposición dedicada a sus creaciones en Moscú.
Banksy, el enigmático artista callejero británico, manifestó su sorpresa ante la celebración de una gran exposición dedicada a sus obras en Moscú, y afirmó que no tiene «nada que ver» con el evento, aunque admitió que «no podía quejarse».
La exposición «Banksy, ¿genio o vándalo? íDecide tú!», que se inauguró en la Casa Central de los Artistas en Moscú a principios de junio, y que dura hasta septiembre, incluye un centenar de objetos de este exponente del arte urbano, que mantiene en secreto su identidad.
El precio de entrada, que incluye la visita guiada con entrada prioritaria, varía entre 550 rublos y 1.400 rublos (entre 7 y 18 euros, 8 y 20 dólares).
«Sabe que esto no tiene nada que ver conmigo ¿verdad?» pregunta Banksy en su cuenta Instagram, donde publica un intercambio de mensajes con un contacto que le envía una foto de una publicidad sobre la exposición.
De todos modos, el artista ironiza al admitir que no es la «persona mejor situada para quejarse de gente que exhibe obras sin pedir permiso».
En un comunicado publicado en la cuenta Instagram de la exposición, sus organizadores afirman que jamás presentaron el evento como algo autorizado por Banksy y agregaron que todos los objetos pertenecen a coleccionistas privados que «tienen el derecho de exponer las obras del artista».
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Envuelto en un aura de misterio y cuya identidad es desconocida, Banksy recorrió, incluidos lugares en conflicto como Gaza, para emitir con sus creaciones contundentes mensajes que se trasformaron en iconos anticapitalistas y de sátira política y social.
Sobre este artista, se cree que se trata de un treintañero de Bristol, alto, delgado y rubio, antiguo aprendiz de carnicero y cuyo nombre real podría ser Robert Banks.
Nadie conoce el nombre ni vio fotos de este artista, que denuncia el consumismo, al imperialismo y la suerte de los refugiados.