A propósito de la conmemoración de los 70 años de la muerte del autor del libro, presentaron una versión en esa lengua de gran prestigio desde la época prehispánica y que se habló en varias ciudades mesoamericanas.
“El Principito”, el libro francés más traducido de todos los tiempos, fue presentado en México en su versión otomí para conmemorar los 70 años de la muerte de su autor, Antoine de Saint-Exupéry, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Ra zi ts’unt’u dänganda” fue el título que profesor y traductor Raymundo Isidro Alavez encontró para describir a la obra de Antoine de Saint-Exupéry.
Los otomíes, en especial los del Valle del Mezquital, en el estado de Hidalgo, tienen la posibilidad de oportunidad de acercarse a esta obra cumbre de la literatura universal en su propia lengua.
Teniendo en cuenta la importancia de la versión de este clásico en hñahñu, como llaman a su lengua los otomíes del Valle del Mezquital, el INAH realizó la presentación del libro en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Erasto Antúnez Reyes, investigador de la Dirección de Lingüística del INAH, destacó el mérito de esta versión en hñahñu, una lengua de gran prestigio desde la época prehispánica y que se habló en importantes ciudades mesoamericanas como Tula.
Entre los valores simbólicos que pueden unir a este con los otomíes del Valle del Mezquital de hoy, están “la presencia de la flor, que representa la vanidad de la mujer; el zorro, que es la imagen de la amistad, y la serpiente como recuerdo del peligro que los humanos corremos al vivir”, refirió.
Luego de llevar al otomí una de las obras cumbres de la lengua española, “El llano en llamas” de Juan Rulfo, Alavez quiso también compartir con sus hermanos de lengua la sabiduría que Saint-Exupéry dejó a manera de metáforas en una publicación que apenas alcanza el medio centenar de páginas, indicó el INAH en un comunicado.
Para ello, el traductor no sólo tuvo que adentrarse en la comprensión del francés, sino de otros libros escritos por Saint-Exupéry como “Vuelo nocturno” y “Tierra de hombres”, incluyendo algunos publicados de manera póstuma como “Carta a un rehén”, todos ellos reflejo de un hombre amante de la libertad y que supo cultivar uno de los bienes más preciados, como la amistad.